
Un primer plato que nos encanta. Son tan ligeros y gustosos que nunca pararías de comerlos. Su condimento perfecto es con mantequilla fundida con salvia y parmesano.
No obstante con salsa de tomate y albahaca también estan exquisitos.

La única dificultad con estos bocados está en su consistencia que es muy suave que no permite que se formen con las manos.
Podéis ayudaros con 2 cucharas o como lo hago yo con el artilugio para hacer las bolas de helado :).
Sin embargo después de hervirlos unos pocos minutos se mantendrán firmes y disfrutereis de su ternura muy especial comiéndoselos.
INGREDIENTES
300 g de espinacas frescas

200 g de Ricotta fresca o queso de Burgos (no utilizar queso en crema)
60 g parmesano rallado
1 huevo entero grande
2 cucharadas de harina (podeis utilizar la que queréis)
1 pizca de sal y si os gusta un poquito de nuez moscada
Mantequilla o salsa de tomate para sazonar
PROCEDIMIENTOS


– Hervir 2/3 minutos las espinacas con muy poca agua y un poquito de sal.
Una vez tibia escurrirlas MUY BIEN y cortarlas finamente.

– En un bol batir el huevo, añadir la ricotta (bien escurrida), y las espinacas, el queso parmesano rallado y las cucharadas de harina . Añadir una pizca de sal y la nuez moscada si os gusta y mezclar todo muy bien.

Dejar esta mezcla en reposo una hora en la nevera.
Transfiera la masa a la superficie enharinada, y con el ayuda de 2 cucharas hacer una bolas y rebozarlas con harina.

Cocer en abundante agua hirviendo con sal unos pocos minutos.

Estarán listos cuando subirán arriba. Se recogen con un colador.

O PREPARAR UNA SALSA DE TOMATE EN UN PLIS PLAS
Sofréir unos gajos de ajos con un poco de aceite,

añadir los tomates en lata con un poco de albahacas

Dejar cocinar unos 10 minutos con un poco de sal y listo. Servir bien caliente con una espolvoreada de parmesano

BUON APPETITO